REFLEXIONANDO....

Esos días que hemos vivido siento que fueron los mejores, encontré en su ser una tranquilidad que se transmitió, y estaba conciente de que no nos podíamos ver con frecuencia, pero sabía que los momentos en los que le robabamos el tiempo a la existencia eran sustanciosos, no logro explicar con palabras mi sentir, solo lo sientí, lo sentí libre, creí que al fin Dios había escuchado mis suplicas al pedirle noche a noche lograr entrar en su alma y quedarme en ella, el que liberara sus sentimientos me dio mucho gusto, para mí su tranquilidad era mi mejor triunfo, haber podido romper esa armadura con la que vive y que liberara su alma era mi mayor logro, esperaba no equivocarme, esperaba que lo que me transmitía fuera lo correcto, deseaba con toda el alma que pasado el tiempo, esta relación solo nos hubiera dejado buenos recuerdos, que esto nos ayudara a sobrevivir, a tener la fortaleza para continuar enfrentando lo cotidiano de la vida.

Yo por mi parte sentía un jubilo inexplicable, sabía muy dentro de mí, que todas las partes de mi estában completas: que como madre estaba haciendo el mejor papel, como amiga había encontrado en mi camino personas admirables y valiosísimas, en mi trabajo estaba felizzzz!!, como mujer, que podía decir? En mi madurez había encontrado al ser que me complacía, que me llenaba, que se entregaba a pleno, que me hacía sentir una diosa, no pedía mas, Dios se había compadecido de mi, estaba completa.

Me sentía dichosa de haberlo encontrado en mi camino, tranquila de su apoyo, de saber que contaba con él, que los momentos que habíamos vivido, como mujer puedo decir que fueron los mejores, que los tiempos en los que cerrabamos la puerta al mundo y escapamos de el, eran bellos, tremendamente bellos, el día de mi cumpleaños fue maravilloso, me dio el mejor día en muchos años, me hizo sentir importante, se entregó a pleno, buscó complacerme hasta en el mas mínimo detalle y eso me cautivó, y la rosa que me dio, se abrió tan bonita, como queriéndome decir el amor tan grande que fluía de él a través de ella, al verla me transportaba a ese día y volvía a vivir la paz de ese río, me pensaba tirada ahí a la orilla y a su lado, mirando al cielo, soñando con él, llenando mi alma de esa tranquilidad que solo la naturaleza puede brindarme.

Sinceramente esos momentos son los que valían la pena para continuar, para encontrar el sabor a la vida, para enfrentar la vida cotidiana con optimismo y esperanza aún y las adversidades las cosas salían.

Solía bendecir a mi amor, pedirle a Dios que le diera la sabiduría para aprovechar lo que nos brindaba, y que nos siguiera brindando las oportunidades para alimentar este sentimiento tan bello que había nacido en nuestras vidas para la eternidad....

hoy...son solo recuerdos nostálgicos...hoy solo lo añoro...hoy intento vivir sin su presencia...hoy continúo mi camino con MI ALMA EN QUIEBRA...